¿Es perjudicial hacer ejercicio cuando estamos enfermos?
La práctica de ejercicio regular es fundamental para mantener un estilo de vida saludable. Sin embargo, cuando se está enfermo, puede surgir la duda de si es conveniente continuar con la rutina de entrenamiento o no.
Este artículo examina los pros y los contras de hacer ejercicio cuando se está enfermo y brinda algunas orientaciones generales sobre el tema.
Primero, es importante tener en cuenta que la respuesta a esta pregunta puede variar dependiendo de los síntomas que se estén experimentando. Según los expertos en medicina del deporte, existe una regla general llamada "la regla del cuello". Esta establece que, si los síntomas de la enfermedad están por encima del cuello, como un resfriado común o una sinusitis, se podría continuar con un ejercicio de intensidad moderada.
En cambio, si los síntomas están por debajo del cuello, como fiebre, fatiga extrema, dolores musculares generalizados o problemas estomacales, es recomendable descansar.
El cuerpo humano responde al ejercicio físico aumentando el ritmo cardiaco, la circulación sanguínea y la temperatura corporal, entre otros cambios. En situaciones normales, estos cambios son beneficiosos y contribuyen al mantenimiento y mejora de la salud. Sin embargo, si una persona está enferma, especialmente si tiene fiebre, estos cambios pueden agravar la enfermedad y retardar el proceso de recuperación.
Además, hacer ejercicio mientras se está enfermo puede tener riesgos adicionales, por ejemplo, una enfermedad como la gripe puede debilitar el corazón, aumentando el riesgo de sufrir problemas cardiacos durante el ejercicio. Además, enfermedades que afectan el sistema respiratorio, como la neumonía, pueden disminuir la capacidad de oxigenación del cuerpo, lo que podría resultar peligroso durante una actividad física intensa.
En resumen, aunque el ejercicio regular es una parte importante de un estilo de vida saludable, cuando se está enfermo, lo más importante es escuchar al cuerpo y darle tiempo para recuperarse.